Mano de Tinta

En nuestro diario caminar hay momentos de la vida que nos encontramos en un desierto árido, caluroso y profundamente aficciante, que si no tienes los elementos necesarios para sobrevivir terminaras matándote. Siempre que entramos a un desiertos nos secamos a un punto que nos rompe, eso si que duele, llegas  a desear la muerte misma, ya nada te motiva, tratas de luchar y decir aquí no voy a morir y luchas con tus fuerzas pero no te das cuenta que con eso te haces más daño, creyendo que así saldrás de ese desierto, si llegaste a esto y perdiste todas las esperanzas te puedo decir que pronto serás quebrantado y saldrás de ese desierto. Al entrar a un desierto recuerda que no puedes salir igual, si lo hiciste te puedo decir que estás en un espejismo y te sentirás bien, creerás que lo superaste y que saliste por tus medios porque eres fuerte, no puedo mentir, estás en un espejismo y puede que dures un buen tiempo allí y cuando se te acabé pensarás que entraste nuevamente al desierto