LA CIMA
Estaba en una montaña muy dura de subir, al inicio cuando entré en ella sabía que era dura y no sería fácil pero sabía que en la cima tendría lo anhelado, sería mejor. Subiendo sufrí mucho dolor, me resbalaba, me raspaba las rodillas y codos, en momentos no lograba mantenerme por mí misma, dudaba que podía llegar a la cima, pero sabía lo que encontraría allí, me esforcé por llegar y lo logré. Me sentía más fuerte, sentía que había hecho todo por mis medios, me había esforzado y merecía llegar allí, me sentía fuerte y que podía atravesar cualquier cosa, no había ningún obstáculo que pudiera venir en contra mía. Pero subí la mirada y encontré que donde estaba no era la cima, eran tantas las ganas de llegar que me encontraba en la mitad, tenía que seguir y continuar escalando, aún me encontraba agotada y la idea de subir bajó todo mis ánimos de presumir. Al inicio pensé poder hacer todo sola pero realmente estaba equivocada. Debía seguir adelante; si me quedaba quieta corría pe