MANO DE TINTA

De la nada salió una mano, a duras pena podía ver, pero había algo curioso; cuando medio podía ver, esta mano tenía una pluma de tinta roja, con ella podía borrar y crear nuevas cosas, cuando lo hacía  sentía un dolor pero al momento tenía una habilidad nueva.

Cuando ví esta mano por primera vez, se acercó a mis ojos y borraba con la pluma una especie de venda que me tenía medio ciega, lo pasó por mis ojos y ví con claridad, no puedo negar que me dolió, me dí cuenta que estaba muerta. Luego ví que la mano empezó a dibujar y dibujar, a la vez que también borraba y retocaba, yo en ocasiones no entendía pero podía ver que cada vez me notaba resplandeciente, comprendía que ésto aunque daba dolor era lo mejor y ya no era la misma.

Comprendí que esta mano solo deseaba lo mejor para mí. Cuando mi boca fue perfeccionada por Él pude hablarle y decirle que me dolía pero me encantaban los resultados que veía y me dijo: "cada día te trasformas y te pareces a mi Hijo" me sorprendí y me agradé, yo le importaba y me había hecho digna de su transformación, se fijó en mí para tener el honor de parecerme a su Hijo.

Por momentos sentía que sería borrada completamente porque a pesar de que cada día me parecía más y más a su Hijo yo aún tenía áreas faltantes por transformar, solo pensaba que era necesario ser borrada por completo y recordé que Él había pagado un precio para que yo fuese transformada y lo que hacía era por amor a mí. Comprendí que no había nada ni nadie, ni yo misma podría eliminarme, ni quitar esa mano de encima, día y noche la mano trabajaba en mí.

Entendí que no había nada mejor que recibir esta tinta roja en mi vida, me empecé a gozar cuando borraba y transformaba, sabía que algo nuevo y espectacular crecería.

No sufras si estás en la mano de Dios, es el único que sabe como transformar tu vida, cuando lo permites verás todo nuevo y cada vez mejor.