CADA VEZ MAS FUERTE

Me encontraba en un coliseo y habían varias personas haciendo fila, era muy larga y parecía interminable, le pregunté a una persona en la fila "disculpe ¿para qué es esta fila?" Y me respondió, es para las personas que buscamos paciencia, aquí prometen darla. Me interesé mucho; busqué el fin de la fila para hacerla y no lo encontraba, me dije aquí sí que están regalando la paciencia, cuando encontré ya por fin la última persona para iniciar mi fila; después de unas horas me dije: si que empiezan a probar tu paciencia, me imagino que así es como se darán cuenta que la necesito.

Todos deseábamos entrar al coliseo, no se sabía como era que entregaban la paciencia pero se sabía que daba buenos resultados. Quienes salían del coliseo salían con rostros cambiados y solo decían que era bueno.

Ya llegando a la taquilla algunos decidieron salirse y buscar la paciencia en otra parte, cuando llegué me pidieron mi nombre y me dijeron que me dirigiera a una habitación para alistarme, seguí el camino que se me indicó, al entrar en esta habitación noté que había una armadura especial para mí y de mi talla, no sé como lo sabían pero me conocían muy bien, todo estaba a la medida.

Luego pasó un soldado y me dijo que ya era mi hora, le pregunté por qué tengo que llevar todo esto? Yo solo vine por paciencia y me respondió para obtenerla es mejor que la tenga puesta y use las armas que se le dieron, son especiales y muy recomendadas para usted. Hasta aquí le acompaño por favor pase por esa puerta, allí conseguirá lo que busca.

Al entrar me sorprendí; estaba en la mitad del coliseo y mucha gente estaba observando, de lo lejos escuché una voz que decía: que inicie! Al otro lado se apareció un tigre enorme, revisé mis armas para poder atacarle y no tenía nada bueno a mis ojos, no sabía qué hacer hasta que ví una cuerda y con las armas hice una trampa como pude, el tigre cayó; fue fácil. Después llegaban más pruebas hasta que ya llegué a una que no podía solucionar.

Estaba en una tormenta en alta mar en el mismo coliseo, el bote que me encontraba estaba siendo amenazado por las piedras que había a su rededor y el agua no estaba calmada, realmente no podía hacer nada por mí misma, no encontraba la manera de calmar el agua y alejarme de las piedras amenazadoras, entonces lo ví estaba entre los espectadores El era el único que podía ayudarme y calmar esa tormenta, le llamé y le pedí ayuda, me dijo que aún no era el tiempo, yo debía estar a salvo, la preocupación me entró, no sabía que hacer, sabía que alguien podía ayudarme pero no recibí la ayuda al instante, solo debía soportar la tormenta, eso fue lo que pensé. 

El tiempo se me hizo eterno parecía estar en el bote por años, corría de lado a lado del bote para mantenerlo bien en medio de la tormenta y cada vez mi paciencia se agotaba, no podía esperar aquel que calmaría esa tempestad, no lograba entender porque estaba allí se suponía que iba por paciencia y lo que hacía era agotarla, no podía conseguirla, estaba angustiada, veía que me hundía, la tormenta era cada vez peor. No podía estar quieta debía sacar el agua del bote para no hundirme, ya estaba agotada, pero extrañamente estaba esperando que apareciera mi salvador, quien me sacaría de esa tormenta, estaba confiada y me sentía más fuerte. 

Entonces llegó, llegó mi salvador; las aguas se fueron y yo era una persona nueva estaba más fuerte, la paciencia me había hecho fuerte, estaba gozosa y agradecida porque lo que viví en el coliseo, me había perfeccionado.



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